- - El Blog de Ducados: abril 2006

martes, abril 25, 2006

Decepción con la ciencia

"¿De que me sirve saber como se divide un campo, si no sé como compartirlo con mi hermano?". Esta cita aparece en Cartas de Lucilio de Séneca, es la mejor definición de la relación que mantengo con la ciencia. Recuerdo mis notas en la selectividad, las mejores fueron en Literatura Española (7,5) y Física (7). Decidí probar con ingenierias buscando un equilibrio entre conocimiento y un notable salario en un futuro, todo fue en balde. Nos daban cuatro formulitas para un fín específico, nada de como se llegaban hasta ellas o qué significaban en un plano general. Yo soñaba con el conocimiento absoluto, me encorsetaba un saber específico, ahora creo que incluso esa concepción del saber es un mito. Las ciencias naturales y las ciencias físicas tienen métodos totalmente diferentes, no se puede pretender que las ciencias humanas tengan un nivel de precisión similar a la de las ciencias naturales. Pero yendo al meollo de la cuestión; considero que el único saber que nos dan las ciencias naturales es muy frívolo. De que me sirve aprender la mecánica de fluidos si no me va a aportar nada para mi vida y si no me sirve ni para conocerme más a mi mismo ni a los demás.
Las personas que se encaminan al terreno de la ciencia lo hacen por motivos religiosos. Recuerdo una chica que decía (cuando iba al bachillerato de ciencias de la naturaleza) que aprender ciencias la reconfortaba porque aprendía como funcionaba el mundo, aquí se esconde una actitud "de estudiar ciencias para salvarme". Hemos de partir que toda ciencia se origina a través de un "ethos" escéptico no soteriológico y acrítico, esto es muy peligroso. Sin embargo cuando te encaminas a una carrera especifica entonces ya no se buscan explicaciones, la universidad está estructurada para crear calculadoras no personas de conocimiento. Y para calculadoras ya tenemos a Billy Gates que las hace muy buenas y efectivas. En tiempos de crisis, los físicos han tenido que recurrir a postulados filosóficos porque dentro de su disciplina no hallaban los recursos para poder emprender una revolución. Bohr, Heisenberg y Einstein tenían sólidos fundamentos humanistas. Hipotecar la ciencia creando calculadoras es muy peligroso, ahora mismo, lo que falta, es un mínimo conocimiento interdisciplinar (y quizás el trasvase haya de ser mutuo, no sólo en un sentido) aunque sea cierto que se necesita cierta independencia para profundizar mejor en las materias respectivas. Un filológo y un físico apenas cruzaran palabras en un café, viven en mundos completamente separados. Mucha filosofía mata la ciencia pero pequeñas dosis le ayudan a levantarse cuando tropieza.

jueves, abril 20, 2006

Para los más solos

Me dirijo a vosotros, a todos los que conocéis hasta dónde puede llegar la soledad del hombre, hasta dónde puede llegar la soledad del hombre, hasta dónde la tristeza de ser puede oscurecer la vida y el pálpito del ser sacudir este mundo. Y lo hago más para unir nuestras soledades que para saber lo que yo también estoy experimentando. Hermanos en momentos de desesperanza, de tristeza oculta y de lágrimas contenidas, a todos nos une el mismo deseo loco de huir de la vida, el mismo pavor de vivir, la misma timidez de nuestra locura. Hemos perdido el valor de tanta soledad y nos hemos olvidado de vivir por pensar demasiado en la vida. ¿Acaso toda nuestra soledad no habrá hecho sino llevarnos a la muerte y todas las desilusiones sólo al renunciamiento? ¿Por qué la nada ha de ser nuestra muerte? Hemos meditado demasiado sobre nosotros mismos como para que la vida no nos haya castigado, y hemos amado demasiado a la muerte para poder seguir hablando de amor. Sólo hay vida donde hay un comienzo continuo; y nosotros no hemos hecho sino terminar la vida a cada instante, y ¿qué es todo nuestro ser sino un eterno fin?
A nosotros, a los que estamos más solos, a los que la vida deja de lado, ¿quién nos infundirá la esperanza de olvidarnos morir?
Hermanos en la desesperanza, ¿hemos olvidado acaso la fuerza de nuestras soledades, hemos olvidado que los más solos son los más fuertes? Pues ha llegado la hora de que nuestras soledades adelanten al rebaño, que venzan toda resistencia y lo conquisten todo. La soledad dejará de ser estéril cuando a través de ella el mundo sea nuestro, cuando lo engullamos con nuestros desesperados ímpetus. ¿Qué sentido tiene toda nuestra soledad si no es la suprema conquista, si con ella no lo vencemos todo? ¡Hermanos! ¡Nos espera la conquista suprema, la última prueba de nuestras soledades! ¡Este mundo tiene que ser nuestro, de los más solos, de los que tienen que recuperar la vida! Estamos perdidos si no recuperamos todo cuanto hemos perdido, si no lo recuperamos todo. Sólo así nuestro valor resucitará y sólo así aprenderemos a vivir. No sé cuántas soledades hacen falta para conquistar el mundo; pero sé que sólo unas cuantas bastan para hacerlo temblar. Porque el mundo no puede ser más que nuestro, de los que no hemos vivido.
¿Podremos, hermanos, unir todas nuestras soledades? ¿Tendremos la constancia y el arrojo de morir por lo que no hemos vivido?

Texto de Emile Michel Cioran en "El libro de las quimeras"