- - El Blog de Ducados: El hastío de un piano

domingo, julio 23, 2006

El hastío de un piano

Piano Works de Claude Debussy. El hastío de un piano se mezcla en mi habitación y aunque esta obra sea nocturna, perfecta para escucharla en un bar de copas en Casablanca en la Francia Libre de la segunda guerra mundial, se mezcla con el insoportable calor de esta veraniega Barcelona. Un ritmo lento y amargo con destellos de desilusión niega la luz omnipotente del mediodía o quizás la transfigure en plúmbea pesadez de la realidad. Pienso en crepúsculos donde Napoleón en la isla de Santa Elena rememora su pasado, una gloria que jamás habrá de volver, un futuro perdido en el infierno de la eterna posibilidad que ya pasó. Y en orquídeas regadas por Baudelaire, Rimbaud y Mallarmé. Fumaderos de opio para los que tienen la espalda hundida después de haber soportado tanto. En noches de Tánger llenas de humo y alcohol, donde Bowles y Burroughs tratan de ponerle cuernos a la luna.
En este oximorón, Verano y decadencia, cae la sangre del Olvido en las paredes de la habitación y el Recuerdo sonríe mientras brilla el acero de un puñal en su mano. Me dejo seducir por la grandeza del futuro de un pasado que ya nunca volverá, pues al fin y al cabo, todos los locos creemos ser Napoleón. La nocturnidad de un mediodía en el cual la luz es la sombra inquieta de un clochard, aumenta la serena desesperación del piano que entra por mis oídos. En el fondo del vaso, donde el compositor juega dando una risa amarga a la desolación, la reverberación de la luz da una impresión de espejismo a la realidad ineluctable que me circunda. La soledad no se presenta como condena sino como bendición. Y un suicida sonríe, el suicida que el ser humano lleva dentro, deleitandose de una destrucción tierna, pausada y amable.