- - El Blog de Ducados: Ganas de...

sábado, enero 28, 2006

Ganas de...

Hay textos que duelen al escribirlos. Revelan la peor parte de uno mismo y mirarles a los ojos queman la vista. Supongo que los que vivís en España sabéis de sobra el lío montado por el Estatut. Hace unas semanas un teniente general en Sevilla realizaba unas declaraciones incendiarias sobre el asunto. Debido a esto a mi padre le planteé la posibilidad de que se produciese un golpe de estado, un asalto a la Generalitat y unas cuantas hipérboles más. Como no era la primera vez que se comentaba el tema en la mesa, me contestó: Tú, en realidad, lo que tienes ganas es de que pase algo, ¿verdad?. En ese momento me di cuenta que esa aseveración no me la hacía mi padre sino Satanás, mi Satanás más íntimo.
Recuerdo el día del atentado de las torres gemelas en Nueva York. El día siguiente comenzaría mis estudios de Ingenieria Técnica Agrícola en el recinto de la Escola Industrial en la calle Urgell. Recuerdo la excitación que me produció el ver las torres gemelas derrumbandose, el coloso en llamas. La excitación iba mezclada por una extraña sensación de placer. En seguida me dí cuenta de la destrucción y el sufrimiento de millares de personas y sentí asco de mí mismo pero, horrorosamente, el pasado no se puede cambiar (quizás si elegir, ya hablaremos de esto en otro post).
Lo peor -aunque personalmente lo viera como algo falsamente consolador- es que yo no fuí el único, un amigo mío que había entrado conmigo en esa carrera me dijo con mal disimulada pasión: Ducados, hemos vivido un acontecimiento histórico. Quizás por aquí vinieran los tiros.
Yo no era antinorteamericano, la aparición de esos afectos no se puede derivar -al menos eso creo- de ningún juicio racional. Antes lo achacaba a mi enfermedad (aunque, la afirmación de mi amigo lo dejaba en el territorio de la duda) o a algún tipo de arquetipo colectivo especialmente agresivo. Mi reacción la consideraba como la que tenía el pueblo alemán ante la puesta en escena de los ritos nazis, una especie de atracción hipnótica que provoca la barbarie y la destrucción al ser humano. Ahora lo considero de otra forma.
Hará cosa de año y medio otro amigo me confesaba que le gustaría vivir en una guerra porque la vida en paz era muy aburrida. Claro, la rutina, el trabajo, las leyes, etc. Recuerdo que en un libro de Arturo Pérez-Reverte, Territorio Comanche, comentaba como los soldados en los b
Balcanes al principio de la guerra daban sonrisitas, signos de la victoria con los dedos, nombres y apellidos y pertenencia al bando en liza con orgullo a las cámaras; y como al final, cuando las alas de la desolación y la infamia cubrieron todas las familias de la antigua Yugoslavia, insultaban y blasfemaban ante los mismos medios de comunicación que con tanta hospitalidad acogían. El papel de Braveheart o Chuck Norris es muy tentador, el problema es cuando a Terminator le violan a sus hijas, asesinan a su padre o torturan a su hermano. Entonces ya no es tan divertido. En ese momento habría que coger el mando a distancia y cambiar de canal.
Hoy por hoy, considero que la clave de este sentimiento de placer y excitación ante el dios de las llamas se debe a la poca estima que tenemos a nuestras propias vidas. Las consideramos mediocres y por eso, cuando la musa de la Historia enseña sus dientes, la acogemos con cierta sonrisa porque da la apariencia de añadir cierta gloria a nuestras vidas, podemos decir que hemos vivido algo interesante, es mas, podemos decir que hemos vivido.
Y la fuente de esa percepción malsana quizás se encuentre en el profundo nihilismo de la sociedad actual. No me refiero al tan manido tema de la ausencia de valores porque parte del mismo núcleo del espíritu de los tiempos y del núcleo vital de la mayoría de los individuos (entre los cuales me incluyo, o mejor dicho, me incluyo en aquella etapa). Carecemos de una dimensión sacra de las vidas humanas, pero no sólo de las de los demás sino también (y sobre todo) de la de nosotros mismos. Cuando miramos a nuestro interior no vemos más que escoria, una sombra titubeante de lo que debería ser... ese es el engaño fatal. Cada instante de nuestra vida debiera tener un carácter sagrado en el sentido más religioso de la palabra. Una afirmación a la afirmación de nuestras vidas. De esta forma, quizás, hallaríamos otros dioses además de Ares.

9 Comments:

Blogger RODRIGO said...

LAS IMÁGENES YA NO NOS SENSIBILIZAN, ESTAMOS ATURDIDOS POR LA MORFINA DE LA INDOLENCIA. DÍA TRAS DÍA LOS NOTICIEROS NOS ESCUPEN CON NOTICIAS TRÁGICAS: ASESINATOS, ASALTOS, VIOLACIONES, SECUETROS, ATENTADOS, ECT, ECT. YA NO NOS AFECTA, NO NOS COMUEVE, NO NOS HACE LLORAR; A MI HASTA ME DA UN POCO DE RISA VER Y ESCUCHAR NOTICIAS TRÁGICAS. ME HE DESCUBIERTO RIENDO MIENTRAS INFORMAN QUE UNA GUAGUA ( NIÑO CHICO) FUE LANZADA DE UN QUINTO PISO POR SU PADRE TRAS CORTARLE EL CUELLO A SU ESPOSA. AYER, ME REI CUANDO ME CONTARON DE UNA SEÑORA QUE SE MURIO AL CAER DE UNAS ESCALERAS Y SE PARTIO EL CUELLO DESPUÉS DE VISITAR A SU HIJO. LA SEÑORA FUE DESCUBIERTA AL OTRO DIA POR EL CONSERJE Y EL HIJO, SIN DARSE CUENTA, DURMIÓ TODA LA NOCHE MIENTRAS SU MADRE ESTABA MUERTA EN LAS ESCALERAS DE SU DEPARTAMENTO. NO PODÍA PARAR DE REIRME. ANTES ME DECIAN QUE ESTABA LOCO POR REIRME DE ESE TIPO DE COSAS. AHORA NO, INCLUSO, AYER HABLABAMOS DE ESTO CON MI POLOLA (NOVIA) Y ENTENDIÓ MI EXPLICACIÓN, ENTENDIÓ QUE MI RISA ES UNA ILUSTRACIÓN A NUESTROS TIEMPOS, ES LA INDIFERENCIA Y NIHILISMO ECHOS TRAGO, ES LA COPA AMARGA QUE NO PASAMOS, SINO QUE LA BEBEMOS GOTA A GOTA. ES UN NIHILISMO QUE NIEGA INCLUSO EL NIHILISMO DE NIETZSCHE. ME CAGO EN TODO A VECES.


Y LAS TORRES GEMELAS SON SÓLO IMÁGENES. CUANDO VI LA TELEVISIÓN ESA MAÑANA TRAS REGRESAR DE LA UNIVERSIDAD, NO LO PODIA CREER. Y AÚN NO LO PUEDO CREER, PARA MI ES UNA PELÍCULA DE ACCIÓN, PORQUE LA VIOLENCIA NOS HA ATURDIDO, NOS HA NOQUEDO, Y ESTAMOS EN LA LONA SIN SIQUIERA ESCUCHAR EL CONTEO DE NUESTRA PROPIA EXISTENCIA.

UNA IMÁGEN VALE MAS QUE CIEN PALABRAS, PERO CIEN PALABRAS EN UN IDIOMA QUE NO CONOCEMOS, UN IDIOMA QUE NO QUEREMOS ENTENDER, QUE NO NOS INTERESA. LAS IMÁGENES YA NO NOS HABLAN, Y NOSOTROS NO QUEREMOS ESCUCHAR.


ES QUE QUIZÁ, LO ENTENDI VIENDO LA NARANJA MECANICA HACE UN PAR DE DÍAS, TODOS NECESITEMOS NUESTRA CUOTA DE ULTRA-VIOLENCIA, EN HONOR A NUESTRA ULTRA-INDOLENCIA.

GRANDE DUCADOS¡¡¡ GENIO¡¡

NOS VEMOS.

RODRIGO ESPINOZA ESPARZA.

3:10 p. m.  
Blogger Ducados said...

Hola Charles:

En mi post no he hablado de risa ni de inmutarme ante la desgracia ajena -mas bien lo contrario aunque seguramente no lo has entendido- sino del placer -que considero malsano- que provoca la destrucción. Es algo que creo que desgraciadamente tenemos todos (seguramente tú también aunque lo tengas -o creas que lo tienes- muy alejado de tu corazón).
En una situación de máxima violencia se vería quien tiene la suficiente bondad para no coger las armas.
Y permíteme que dude de la tuya, honrado y probo ciudadano, ya que tan alegremente has arrojado la primera piedra indicando tu predisposición a la violencia y al linchamiento fácil cuando va servido en bandeja.
¡Qué sencillo resulta tener la conciencia tranquila al atacar cuando se tiene la seguridad de hablar con un desalmado!

5:44 p. m.  
Blogger RODRIGO said...

CHARLES:

HABLO DE LA INDOLENCIA QUE NOS PRODUCE LA VIOLENCIA. YA NO NOS AFECTA.

PD: BEBEMOS LA COPA HIEL Y ALGUEIN NOS LANZA LA PRIMERA PIEDRA.FALTO POCO PARA CRUCIFICARNOS. QUIZA ALGUIEN COMO TU, QUE SE DICE SER HUMANO HAYA CLAVADO A CRISTO EN EL MADERO HACE DOS MIL AÑOS.

ERES CHARLES, SI FUERAS CHARLES BUKOWSKI QUIZA NOS HUBIERAS ENTENDIDO

RODRIGO ESPINOZA ESPARZA

6:15 p. m.  
Blogger Ducados said...

Charles:

No quiero realizar concomitancias entre el crucificado y mi situación (eso entraría en el terreno del delirio). Lo único que digo es que hay un lado oscuro en el ser humano y que en mayor o en menor medida -o eso creo- todos lo llevamos dentro aunque nos cueste reconocerlo, ojalá me equivoque -supongo que siempre hay excepciones.
Este placer por la destrucción aunque lo veo más extendido en nuestra época que en otras, me parece que siempre ha existido. Recordemos a Nerón (individualmente) o la quema de brujas (actos en que se participaba colectivamente). Si realmente queremos progresar moralmente habrá que extirpar (o sino encauzar, estoy pensando en el "Tercer Gémelo" de Ken Follet).
Respecto a si es una predisposición genética puede ser, puede ser que incluso algunos tengan más inclinación a la destrucción que a otros. Pero sigo creyendo que todos la tenemos, es mi único modo de explicar fenómenos como la Alemania Nazi y muchas clases de guerra.

Disculpa por el ataque pero quizás este artículo es el que más me haya costado escribir porque revela explícitamente un punto débil y por eso estoy bastante a la defensiva.

Un saludo.

1:39 p. m.  
Blogger Ducados said...

Hola Charles:

Seguramente tienes razón, puede que personas hay de todo tipo (hablar de tipos puede que sea erróneo porque como establecer una tipologia del ser humano. Siendo tan rico en matices y mutable en potencia, también te doy la razón en esto).
También habría que pensar si existe el mal absoluto o no, dado que el mal también depende del ojo que lo mira. Yo pienso que sí existe un mal que transciende todo ojo , el mal absoluto es el mal que niega el Ser, la vida, las diferencias... no hablo de un mal moral sino ontológico. Este mal es del sujeto que da la muerte o que provoca la destrucción que es la negación de la vida en el sentido más noble y rico de la palabra.

Respecto a lo de la vulnerabilidad de mi escrito, no me refería a la calidad literaria -me queda muchísimo que recorrer cuando lees algunas notas biográficas como de Canetti (no digamos de un Shakespeare), te queda el amargor de saber que nunca serás un buen escritor- sino al hecho de que he identificado ese mal como un mal propio -sino actualmente, si en el pasado o en determinados momentos del pasado- solo el amor (no en el sentido cursi sino en el racional), la filía a la vida con todas las putadas que te haga te puede salvar de la barbarie -en caso que uno peque de este problema.

Saludos

2:11 p. m.  
Blogger Ducados said...

La verdad, no me veo preparado todavía para abordar el tema que me planteas. Te diré que me da (y me dará) bastante para pensar, te diré que en el momento oportuno -no sé cuanto tiempo me llevará- te responderé, quizás no como comentario sino en un artículo (el tema lo merece). Creo que has tocado un tema importante de la filosofía.

Sin embargo, por ahora te muestro un problema que leí hace tiempo. Te pongo en la siguiente tesitura:
Supon que un grupo terrorista entra en la escuela donde estudia tu hijo y 800 niños más -si no lo tienes, ponte en el caso hipotético- y la policia recibe una llamada con una amenaza de que va a explotar una bomba.
Después te avisa un policía para que acudas a un interrogatorio que se le va a hacer a uno de los terroristas. Llegas allí y te dicen que el detenido se niega a hablar, que lo han probado todo excepto las medidas más violentas. Pregunta: ¿Que harías? ¿Utilizarías la extorsión o la tortura para salvar a tu hijo y la desolación 800 familias?

Este es un caso extremo (y un poco demagógico) pero creo que sirve para ilustrar el problema de los juicios de intencionas.

3:08 p. m.  
Blogger Ducados said...

de intenciones, perdón.

3:09 p. m.  
Blogger Ducados said...

Puede que te extrañe esto -dado como comencé esta conversación- pero creo que podemos tener diálogos interesantes. Te doy mi msn, si quieres vamos charlando:

ducados2891arrobahotmail.com

La arroba no la pongo como símbolo sino en palabras para evitar posibles spammers o trolls que nos esten leyendo.

Un saludo.

4:07 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Creo que por mucho que se discuta a nivel intelectual sobre lo que hariamos o no en determinadas situaciones, hasta que no estamos en ellas no contamos con todos los elementos para poder responder.Por lo tanto solo en la situación determinada sabremos cual será nuestro comportamiento.

Una cosa está clara, hay personas a las que le repele la violencia en todas sus manisfestaciones y hay otras personas, capaces de convivir "con un cierto grado de violencia".

La sociedad actual ha llevado a que sean muchos los capaces de convivir "con un cierto grado de violencia" y por lo tanto que sean más proclives a caer en ella, teniendo en cuenta además que sobre ellos en particular se ha ejercido menos violencia que en otras épocas, por lo tanto son desconocedores de sus consecuencias.

Mi madre no era una intelectual pero era una persona sabia, cuando hablamos de algunas cosas de las que yo creia saber más, entre ellas el bien y el mal, que yo me empeñaba en decir tenia muchos mátices, me respondia "lo que está bien, está bien y lo que está mal está mal y todo el mundo sabe lo que está bien y lo que está mal".

Efectivamente creo que la sociedad actual tienen ahi el problema, demasiados mátices confunden a las personas y las lineas divisorias no están claras, esto unido a un exceso de información que nuestras mentes tal vez puedan procesar, pero que nuestras emociones no consiguen asimilar y que responden inhibiendose (de lo contrario el sufrimiento sería insoportable)confunde mucho lo "QUE ESTÁ BIEN Y LO QUE ESTA MAL", nuestro setimiento más intimo y primario acerca de ello.

4:51 p. m.  

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