La Naturaleza Trágica de la Ética

La ética es ante todo rebelión ante el estado actual de las cosas, una insurrección contra el Ser. Como dice Wittgenstein en Conferencia sobre Ética: “un intento de ir más allá del lenguaje”. Podríamos decir que el Diablo fue el primer moralista.

La tragedia de la ética precisamente se origina en su necesidad de ampararse en la metafísica, necesita una naturaleza humana. El último intento ha sido ampararse en la libertad, último baluarte ontológico todavía sin desmoronar. El problema es que el objetivo de la ética sería transformar el Deber-Ser en condición necesaria, es decir, en consecuencia ineludible del Ser, sin caída en la inmoralidad; pues que absurdo sería, propugnar una moral sin promover su triunfo. Y al desterrar del Deber-Ser a la inmoralidad, se líquida a la condición posibilitante de este. E igual que el Deber-Ser no permite la posibilidad de inmoralidad en su seno ¿Quién nos dice que el Ser la acepte también?