El soneto de los niños
Niños jugaban en nuestro jardín,
Sol nos condenó a oír carcajadas
putrefactas de inocencia, alejadas
del destino de mi comodín.
Los niños de barro y el arlequín
se fundieron siniestros a horcajadas
en una sonrisa de dentelladas.
Destruyeron el hígado de un jazmín.
Veía en el corazón de mis dedos
todo esto pero una niña desnuda
se acercó inquiriendo ciertos remedos
y la tarde no recibe tal muda
disfrazando mi nostalgia y mis miedos
del pasado, cortando carne cruda.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home