Las ranas pidiendo rey

Este texto es de un libro del pensador Agustín García Calvo aparecido en el libro Dialogos de gente (Editorial Lucina, 2004) espero que resulte interesante.

- ¿Los oyes cómo opinan, con qué animo se espresan, con qué elocuencia?
-¿Dónde?
-Pues por todas partes, espacios de radio con voz para el oyente, "Cartas al Director" en Prensa, barras de bares, mesas de restaurantes... Claro, tú, como no oyes ni radio siquiera ni sales casi a ninguna parte...
-Pero ¿quiénes, hombre?
-Pues personas corrientes, súbditos del Régimen como tú y como yo, empleados de Oficina o de Empresa de uniforme de solapa y corbata, y también operarios de mono salpicao de cal, que se vea que trabajan con las manos, o amas de casa entre compra y compra o jubilaos que no renuncian a meter baza, hasta ninfas o ninfos a medio convertirse del todo en hombres o mujeres...
-Ya, ya entiendo; y ¿de qué hablan? Será de fútbol o de estrellos de Tele o de disquetes o de marcas de zapatillas deportivas.
-No hombre: de todo eso también, claro, natural, pero también (es lo que me asombra) de asuntos serios, de problemas públicos y graves.
-¿Cómo cuales?
-Pues ya sabes, no te me hagas el tonto: medidas que toma o debe tomar el Gobierno ante la inmigración masiva, injusticia o justicia de los nuevos ajustes salariales, deficiencias de la Seguridad Social y cómo corregirlas, problemas del terrorismo o de los abusos sexuales o maltrato de mujeres o de niños, nueva Ley de Educación y precio de los libros de testo, acierto o desacierto de organismos estatales, autónomicos o internacionales para atender a petroleros despanzurraos en el Océano, hasta de elecciones aquí o en Norteamérica y lo simpáticas que caen, que no caen, las cabezas de los Partidos, legislación de chequeos cancerígenos, de aborto y Derecho a la Vida, de clonación genética de individuos...
-Basta, por favor: no me sigas soltando el repertorio de asuntos palpitantes, que se me amustia el corazón. Así que (vaya por Dios) también hablan y tienen sus opiniones de política.
-Bueno, según lo que cada uno crea que es "política": uno, que sí, que pa eso es uno votante y contribuyente; otro, que él en política no se mete, pero...
-Pero que tiene su opinión, y que la espresa.
-Eso; y no sabes con qué decisión y fuerza, lo bien informaos y enteraos que están todos de los asuntos, qué formada tienen su opinión, con qué convicción la espresan, y muchas veces con una retórica que igual podían estar en el Senado, y lo harían quizá mejor.
-Pues vaya; y no creas que me asombra tanto: para eso estamos en Democracia, ¿no? Ese guirigay de opiniones me suena como la fábula (ya te acuerdas) de las ranas que pedían rey, que tanto le croaban al cielo, que el Señor les arrojó en la laguna un gran madero; que primero se alborotaban con el susto, y luego se mofaban del madero y volvían a croar al cielo por un rey más enérgico, hasta que el Señor les echó un bicharraco que se las iba zampando a todas, y...
-¿Qué quiés decir?, ¿que ese clamor de opiniones personales es lo que este Régimen necesita, lo que lo sostiene?
-Eso está claro. Lo más triste es que este Régimen, en el que han puesto su fe, dentro del que vocean reclamaciones y exigen arbitrios y remedios, está destinado, como todos, a fracasar, a revelar lo falso que era y derrumbarse, igual que tras unos milenios el de los Faraones egipcios, el Imperio Romano tras unos pocos siglos.
-Hombre, ya; no te empingorotes. Pero a la gente ¿qué le importa el derrumbe de los Imperios?: la vida de uno es mucho más corta que eso, y en el entretanto se entusiasman o se encocoran con los sucesos y los gobiernos que les tocan, porque creen que eso es lo suyo, lo que importa para sus cortas vidas, ¿no?
-No, amigo: no has entendido, y perdona: la cosa no es que el Régimen haya de derrumbarse: el punto está en que está montado para ser eterno, y todos los trabajos, leyes, gestiones y sacrificios que nos impone sólo tienen sentido con vistas a la eternidad, a un Fin hacia el que por medio de todos esos ajetreos progresamos, un Futuro que justificque todas las muertes y miserias de la Historia.
-Y...
-Y eso es falso: no lo hay.
-Y entonces...
-Y esa falsedad hace que todas esas barahundas y retóricas que te asombran queden sin sentido alguno.
-Ya. Pero, si no fuera por eso...
-¿Qué?
-¿Qué iban a hacer los hombres con sus vidas?
-Pues otra cosa, otra cualquiera de lsa sin fin que no son ésta.
-¿Como que?
-Pues huir.
-¿Huir? ¿Hacia dónde?
-No "hacia", niño, que eso no se sabe: "desde": desde esto, que sí se sabe.
-Ahora sí que no te entiendo.
-¿No? Pues ya seguiremos hablándolo. No hay prisa.